No es fácil saberlo cuando uno piensa tanto y es la mente quien gobierna con todas sus ideas manipuladas por conocimientos miles que uno gestiona por miedo a ser diferente.
La mayor parte de nuestras afectaciones, enfermedades y desarmonias proviene por no saber contestarte esta pregunta…y actuar en consecuencia, incoherentemente.
La ruptura interior de la persona entre lo piensa, siente y hace rompe su auto estima y su falta de valor a sí mismo de tal manera que ya no confía en su ser.
Ese es el resultado por controlar el sentir, desnaturalizando nuestro instinto en pos de la moralidad y creencias. Preservamos así nuestra imagen frente a los demás por lo tanto ante nosotros mismos…
Guiándonos la capacidad de gestión del nivel de sentimiento de culpabilidad de cada uno, siendo insoportable en los mismos grados del fanatismo de nuestras creencias. Pozo sin fondo bien insertado en nuestra mente por miles de generaciones que han creído poder ponerse sobre el plan matemático de la Vida a través de las religiones ayer y hoy política.
La religión sólo puede ser individual o no lo es. La política es el arte de cambiar de polos…
Tener por seguro que nada se escapa al plan desvela la culpabilidad como un gran insensatez pues el error no existe… y devolvemos al instinto su valor sin el temor del «pecado» o «deserción» de lo «correcto» Social, familial y educativo.
Ser natural guía hacia no ya la paz sino un estado de libertad y respeto a uno mismo que está más allá de paz o combate. Ser uno mismo… a cada instante y por lo tanto entrar en el no tiempo. La libertad que no tiene nombre…aunque muchos la llaman eternidad.
Cristina Aurora.