Porque tú y yo somos este planeta. No hay cosa que le pase que no nos pase a nosotros y al revés…
Sea en el tema que sea, ecológico, educativo, político, social, etc, está claro que los humanos estamos marcando decisivamente este ser que a su vez lo hace con nosotros. Un ser, una madre que en su día nos recibió, emigrantes de otro lugar lejano.
Nuestra falta de adaptación aun hoy es palpable en esta colonización y los miedos que derivan de ello se han convertido para nosotros y para ella en una enfermedad, pues somos a ella, lo que las células a nosotros. Y de esta manera, desde luego, somos de lo más parecido a un cáncer. Estas células humanas se han propagado incesantemente, intentando vencer esas carencias por su propia necesidad. En ello estamos cada día consciente o inconscientemente.
Cuando dos cuerpos distintos (En este caso el planeta y nosotros) se encuentran, la adaptación, la aceptación e integración necesita experiencias y vivencias (Lo que nosotros llamamos Tiempo). Que aunque nos parezca que ha pasado mucho tiempo ya, por el miedo que sentimos que densifica la vivencia, en realidad esto es ilusorio y una concepción individual…
El miedo es capaz de ralentizar cualquier experiencia y esa lentitud esta en el origen de toda enfermedad. Este estado necesita muchísima energía de la persona que va a ser empleada en controlar y producir que no avance hasta que se libere. Mientras partes de ella se quedan sin ninguna energía y por lo tanto enferman. Concediéndose así el deseo de no moverse a quien siente ese temor de ir hacia delante hacia lo desconocido.
El miedo, esa energía poderosa de control tiene dos caras. Cuando uno se atreve a vivir su otra cara, se encuentra con la parte poderosa de uno mismo. Entrenados a través de las vivencias, el ser humano se ha acostumbrado poco a poco a sostener una cantidad energética en su cuerpo sin tanto temor y sin destruirlo tanto como antes.
Poder sostener mas energía en nuestro cuerpo es imprescindible para una memoria mas amplia, recordar quienes somos además de dejar el miedo atrás. Cuando este momento llega la puerta a una fuente inagotable de sabiduría se abre. Nuestro cuerpo al adquirir ese recuerdo se expande y puede albergar todos los registros, las informaciones que le devuelven a la paz.
Ya muchos están recordando… Sanando, soltando el miedo a donde están, a lo que son, por haber perdido la memoria al venir aquí y hacía donde van. Asimilando que no hay espacio que no sea uno…para fijarse en su propio centro interno, su lugar de Ser, mas allá de estar en sus cuerpos, dejando atrás sus miedos, sus propias enfermedades.
Re-cor-dando que lo esencial, aunque plasmado en la materia, no es la materia. Ni el lugar donde estemos o no físicamente. Ni lo que creemos ser. Entonces vuelve la salud: La sal de la vida – La vida Verdad-era: La vida Verde… en esta nueva era. La de la esperanza.
Por otra parte, esta madre, este planeta, a través de este cáncer también se contrae para una progresiva expansión como lo hace quien vive esta experiencia que llamamos cáncer. Cuando logra conservar su cuerpo se sana, es porque logra la expansión, brilla renovado y bello.
En una enfermedad hay elementos nocivos así como elementos que son su antídoto. En un cáncer hay una curva progresiva de auto sanación como en cualquier experiencia de enfermedad.
Si se interfiere con medicamentos destructivos, que no respetan ese proceso, dejándolo vacío de experiencia, habrá que vivirlo de nuevo de alguna u otra manera para que la vivencia tenga su lugar, en algún momento produciendo la expansión de la persona.
Si en este momento iniciático y de experimentación tratamos con la persona su miedo a la muerte, su falta de adaptación a la vida, el proceso natural cumple con su cometido además de la toma de consciencia. La curva después del momento mas crítico ondea de nuevo hacía el antídoto y la salud. Subiendo así el nivel de comprensión y respeto por la vida, esta persona asimila y integra su estar aquí y ahora en paz.
El planeta tiene cáncer y esas células que lo pueblan lo muestran claramente, sin embargo el antídoto también esta… Por ello hay tantas personas viviendo esta experiencia, reflejo y antídoto de lo que nosotros mismos somos por el momento para este Ser planetario. Su enfermedad pero también su antídoto para su elevación y la nuestra.
Más eficaz y consciente es prescindir de intenciones destructivas como la quimioterapia (transfieran esto a las pretensiones políticas, sociales y demás en contra de lo que hay) que va a destruir lo «nocivo» y lo «positivo» sin distinciones y dar nuestra atención a la esperanza mientras cada uno de nosotros se decide y llega su hora de ser célula sana… y pesar en la balanza del antídoto así como en sí mismo.
Y brillemos como sabios que fuimos, somos y seremos aunque usemos la inconsciencia muchas veces para lograr nuestros cometidos y para lo que fuimos creados.
Así mismo este planeta también quiere brillar.
Creados a imagen y semejanza:
Células de re-evolución… de re-creación y cuando uno es lo que es, con Ser tiene…
Somos la especie de la transmutación. Al igual que cualquier ser creado tenemos nuestro cometido. Aunque parezca lo contrario lo hacemos de forma grupal. Todos servimos a este plan.
Desde aquí.
Porque llegó el momento. Quedan bendecidas todas y cada una de nuestras acciones. De todos y cada uno. Más allá de nuestros pequeñas mentes temerosas…
Feliz entrada en ACUARIO. Esta es nuestra ERA
Desde el saber…
Dejando atrás la Dicta- dura del cocimiento. Sin olvidar que «Que no hay mal que por bien no venga»
In lak ech.
» Como es arriba es abajo»
Cristina Aurora – Ecoyología
BioAlineación Medicina del Alma 