Por el colon, transitan todos los días restos fecales y siempre quedan restos adheridos a la mucosa. Con el tiempo puede llegar a formarse una auténtica cascara de restos fecales pegados a la mucosa intestinal.
Todos lo sabemos pero no hacemos demasiado caso a esto, que con el tiempo puede llegar a convertirse en un grave problema de intoxicación, afectando al hígado y la sangre.
Por ese motivo debemos valorarlo y aplicarle una solución. Una de las funciones primarias del colon es recuperar el agua de la digestión y cursar el bolo fecal en estado sólido.
Para hacer la digestión utilizamos de hecho casi cinco litros de agua que obtenemos con la que ingerimos al beber pero también con el agua presente en la comida -especialmente en frutas y verduras ya que en un 90-95% son agua- y en los jugos gástricos (hasta dos litros y medio).
Todo ello sirve para hacer una gran sopa, emulsionar las grasas y micronizar los minerales y oligoelementos para que el intestino delgado lo absorba luego todo. Lo que llega pues al colon son sólo los restos no nutritivos, los restos fecales, si bien el organismo -que todo lo aprovecha- recupera el agua deshidratando para ello el bolo fecal.
Entonces para ayudar al intestino grueso a limpiarle de los deshechos adheridos, podemos hacernos una limpieza de colon casera, combinando la ingesta de áloe vera con una lavativa de agua templada.
La idea es que ingieras durante una semana zumo de áloe vera para ayudar a desprender los restos adheridos y luego te aplique la lavativa con agua templada. Basta entonces meterse un par de litros de agua templada/caliente para que el colon quede limpio.
El resultado será que al tener el colon libre de adherencias intestinales, se podrán absorber mejor los nutrientes y además nos libraremos de restos que intoxican nuestra sangre y estropean nuestro hígado.
FABRICANDO GEL DE ALOE VERA PARA LA LIMPIEZA DE COLON EN CASA:
Si te animas a confeccionar en tu casa un poco de aloe vera, para usar como cosmético, veras que es muy fácil, aquí te ponemos los pasos a seguir.
Primero tienes que conseguir los materiales:
Una planta de aloe vera o unas hojas grandes y jugosas, que puedes comprar en el mercado, herbolario o garden de tu zona, seguro que en alguno de estos lugares lo encuentras.
Cuchillo que corte bien.
Licuadora o batidora.
zumo de limón natural.
Bote de cristal para envasar.
Madera de cortar para poder cortar el aloe sin mancharte.
Proceso:
Corta con un cuchillo bien afilado algunas pencas (hojas carnosas) de una planta de Aloe Vera. Trata de cortarlas bien en la base, pero sin lastimar a las demás hojas que quedarán en la planta.
Corta en primer lugar las hileras laterales de pequeñas espinas.
Lava cuidadosamente las hojas.
Pela la cáscara o corteza de las pencas y échalas a la basura.
Asegúrate de quitar la capa amarillenta que está debajo de la corteza, pues esta parte puede resultar irritante e incluso causar diarrea y molestias al estómago. Además resulta muy amarga.
Reserva solo los cristales, es decir la sustancia gelatinosa transparente que se encuentra en el interior de las hojas.
Coloca el gel de Aloe Vera en una licuadora, batidora o procesadora.
Agrega a la preparación una porción de jugo de limón.
Continúa licuando unos instantes más, hasta obtener una consistencia homogénea.
Datos a tener en cuenta
Trata de preparar el jugo inmediatamente después de haber cortado las hojas, pues las mismas comienzan a oxidarse muy rápidamente al tener contacto con el aire.
Una vez preparado, el jugo debe ser colocado en la nevera, en un recipiente hermético. Allí puede ser conservado hasta por una semana, mientras se va consumiendo, aunque cuanto antes se consuma, más se aprovechan sus propiedades.
Si te apetece, puedes endulzarlo con miel o con algún otro producto natural.
Como habrás podido ver, se trata de un proceso muy sencillo.
http://barcelonalternativa.es/
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