COMUN – I – ACCIÓN:
Tus palabras son para autoconvencerte o un intercambio de información con el otro o el mundo?
Las primeras salen forzamente de la mente, por lo tanto del ego, reflejo de la cantidad de miedo que hay en uno.
Todas sus clasificaciones y las necesidades de ello.
Las segundas salen del corazón, tanto para uno mismo que las oye en primera persona y por primera vez salir de su boca con la excusa del compartir volviendole engrandecidas por la sorpresa de lo adquirido. Sorpresa de ponerle palabras al fruto maduro y que sea asimilado cerrando el círculo de un recorrido. El espacio hasta el momento virgen de interés más que de vivirlo se hace consistente.
Y la comun-i-accion que es la Vida entre uno mismo, todas nuestras células, todos y Todo se hace realidad.
Una comunicación llena tesoros que le llenan a uno y el mundo que abarca.
Cuando esto sucede cumplimos nuestra misión. La de los seres humanos, compendios de información experimentada por todo lo que nos compone, intercambiamos con otros la sabiduría del caminar adquirido a consciencia o no. Y la materia es su retrato.
Esa comunicación del corazón tiene de atributo la inocencia. Sin ella es de la mente. Y yo me pregunto?
Entonces puede llamarse comunicación si suele ser esteril hasta para uno?
No. Se llama hablar.
En ese momento milagroso, la comunicación cumple su cometido más allá de las frases de la Torre de Babel por muy rebuscadas mentalmente, emocionalmente o espiritualmente que sean, no dejan de ser hijas de la mente.
Ese momento de belleza creadora, rara como los diamantes, da a luz un silencio que no se puede nombrar ni se puede buscar porque no tiene palabra.
Cristina Aurora.
