Para empezar seria interesante mirar todo lo que nos ocurre desde el recuerdo de que somos personas y no sexos. Quien tiene sexo es tu cuerpo no tú.
Después olvidar la enseñanza católica que solo tenemos una existencia y que la vida eterna es para el otro lado, inaccesible sino es muerto…
Miles de años de budismo y miles de trabajos de especialistas en ello, atesoran la real idea, la realidad, de que volvemos a incarnar sin contar mis propias regresiones, sin buscarlas, desde la adolescencia. De hecho algunas tu también haces durmiendo sin darte cuenta.
Tenemos muchas existencias y todas nos aportan perspectivas para poder estar en paz en algún momento aceptando la vida que pasa en nosotros sin conflicto de como es o no ese cuerpo o lo que experimentamos.
Porque lo sepas o no, todo lo que vivimos, todos los acontecimientos, son femeninos y masculinos para poder generarse. Y van a estar en más o menos armonía según tu propio equilibrio en ti de estas dos potencias. La pasión y la acción. Por lo tanto tu vida también.
La aceptación de que la Vida sabe más que uno y por lo tanto sabrá porque es de una manera u otra procura paz. Tanto nuestro cuerpo como todo lo que pasa, es parte de ella.
Si se quisiera dañar a sí misma hace rato que no existiriamos… Nada es casualidad. Entonces porque nos empeñamos en que sea distinto?
Unas veces nacemos con cuerpos femeninos y otras veces con cuerpos masculinos. De esta manera podemos vivir las experiencias desde los dos polos de la generación y hacer el equilibrio entre los dos, sin que le demos más importancia a uno que al otro y logramos ser nosotros mismos al margen de las circunstancias.
Llegamos un día a sentir el amor que hay entre ellos y el servicio que se prestan. Eso es lo que nos lleva a sentir ese amor en nosotros al margen del sexo que no deja de ser eso, sexo …
Quiero aclarar que en este texto estoy hablando de sexo orgánico, genitales. Que no deja de ser un tesoro pero eso no eres tú. Es tu espejismo. Y vivir en paz con tu espejismo conlleva aceptar lo que te muestra.
Una herramienta de la Vida para mirarte como todo tu cuerpo, para reconocerte en tus anhelos y frustraciones y crecer… Puedes trucar el mensaje pero la vida te llevará de nuevo a equilibrarte por el lado que sea. Ese es su cometido: Estar en paz, compensar para reequilibrar y no perder esa paz, y todos somos parte de ella…
He dicho crecer pero debería decir asentarte. En toda tu originalidad y manifestación única de tu alma, librandote del engaño que son las apariencias. Corporales o sentimentales…
Las dos perspectivas, a veces hombre, a veces mujer, nos adiestran hacia la inmortalidad. Nos permiten tener consciencia en un cuerpo inocente sin destruirlo, como solemos hacer por nuestros miedos hasta adquirir sabiduría de calma y pueda estar en salud cada vez más tiempo.
Aprendemos a respetarlo tal cuál es a través de nuestras muchas existencias. Amándolo. Ya no como cárcel sino como medio de experimentación, sin culparlo de nuestras frustraciones emocionales donde real-mente está el dolor. El dolor que nos muestra nuestras ataduras a lo que parece… y no es. El dolor de nuestro juicios de lo que supuestamente debería ser y no es. El dolor de creernos atrapados que no deja de ser una mera creencia.
En el fondo a tu sistema nervioso(contraposición de calma)poco le importa que tu cuerpo sea hombre o mujer, lo que quiere es estar en paz, de ello decae la salud del cuerpo y por lo tanto su supervivencia.
Al alma, en su parte más elevada (porque tiene 3 partes como todo lo que hay), le da igual, tiene todo el tiempo del mundo, siendo inmortal no existe el tiempo para ella. Y menos el sexo ya que es androgina de por sí. Ya es todo lo que es. Y desea un cuerpo tranquilo donde estar.
Para ello tu paz depende que seas más profundo y no te quedes en mirarte por fuera. Esto te muestra que vales más que un cuerpo aparente. Y hace que tu energía vaya al sentir de lo que de verdad eres, infinito, sin limites. Hecho que no solo no retrata tu cuerpo y tu sexo, sino que libera tu atención de eso.
Eres todo lo que quieras ser si no te pierdes en las apariencias sino solo no deja de ser una simulación y tu poder real se pierde en la demora.
Con las muchas vivencias adquirimos paz de ser androginos en cualquier lugar, siendo cualquier forma de vida, frente a cualquier acontecimiento. Nivelamos nuestras pasiones y nuestras acciones caminando lo femenino y lo masculino en nuestra energía y por lo tanto en nuestra realidad.
Nos situamos en el centro logrando ser y estar en paz con nosotros mismos. Ajenos a falsas banderas de libertad, modas y creencias, de miedos y penas, de identificación con nuestra madre o padre, de los demás que sólo pueden ver y solo a su manera nuestro exterior.
Mientras que el camino hacia el equilibrio solo es nuestro e invisible para ellos por mucho que lo queremos «gritar» es en soledad y bien está. En grupo hay demasiado ruido para las cosas importantes para nuestro ser. Por ello si te pones o te ponen etiqueta desconfía…
En medio de Lo interno y lo externo, Lo intangible y lo tangible, El ying y el yang, LA clave Sol y el satelite Luna, lo femenino y masculino, el ser y estar… Para lograr Amar, Real-Mente.
Aún así no te pre-ocupes si no lo entiendes aún, esta inquietud o tus acciones también te aportan una experiencia… una perspectiva que te llevará algún dia hacía ti mismo al margen de los demás, su mirada y por lo tanto la tuya a lo que crees ser.
Una experiencia por ti mismo que el sexo no es lo que realmente te hace feliz sino tu corazón. El no tiene género.
Solo pregúntate sinceramente que te aporta de verdad paz? Y si le das más atención a tu corazón o tu sexo?
Para todos los indigos y los que no lo son…
Conversaciones con la Abuela Tatiana.
Cristina Aurora.
