Nuestros Miedos.
Vivimos rodeados de tensiones, la mayoría de las veces inconscientemente o como si fuera lo más normal… nosotros, nuestros hijos, nuestros padres, las personas que nos rodean,
¿VIVIMOS o SOBREVIVIMOS?
Muchas personas no se dan cuentas ni siquiera que están funcionando y creando sus vidas bajo la influencia de estos miedos y por lo tanto, se hacen cada vez más presentes.
Algunas personas a quien he preguntado: Te da miedo esto… me han contestado: No, no, me da respeto… pero acaso hemos olvidado tanto lo que es el respeto que lo confundimos así con el temor.
Nuestro miedo ha sido un gran aliado para sobrevivir en momentos muy difíciles de la humanidad y producir nuestra evolución pero está claro que llega un momento en que a uno le apetece tener otro tipo de vida y no estar siempre en ascuas de lo que pasara o no.
Por miedo convertimos en dramas, la mayoría de momentos naturales de la vida, que están allí en realidad, para hacernos más profundos, más humanos, más bellos y conocernos a nosotros mismos.
Recobrando la confianza del bienestar más allá de los acontecimientos, con amor a uno mismo y a la vida que queremos tener, la vida nos lo agradece con bellísimas sorpresas.
Pero claro, esto si decidimos de una vez ofrecernos al cambio sin miedo al miedo.
Amando nuestras debilidades, poco a poco dejamos atrás todas las impotencias y creamos entre todos un lugar mejor donde vivir, empezando primero por nosotros mismos y nuestro propio hogar y familia.
¿Cuál quieres que sea la herencia que dejes a tus hijos? El valor o la impotencia.
Tendremos pues que dar el ejemplo…
“Un valiente, no es alguien que no tiene miedo, es alguien que lo conoce y aun así hace lo que debe”
Hasta pronto,
Cristina aurora. Revista Garbi.