¿Quieres saber de dónde viene la geometría sagrada?
¿De como se enteraron los antiguos de lo importante que era para la vida?
¿De qué era la vida misma quien así deseaba ser y porqué decidieron reverenciarla reproduciendola para todo cuanto podían crear?
Ahora nos es difícil sino imposible asimilar esta mentalidad. Nuestra forma tan distinta de concebir el mundo nos ha hecho además de complicarlo todo, ver lo sagrado como meras supersticiones por nuestra cultura huérfana de profundidad.
Volver todas nuestras ideas, observaciones y formas de pensar muy intelectuales, muy mentales y no poder asi observar con amor la naturaleza solo deja arogancia a nuestro paso y el mundo que hemos creado…
Un mundo que tiene la soberbia de creerse inteligente por sus supuestos grandes avances que no tienen fundamento más que un poder machista y de fuerza bruta de la mente sobre el corazón.
La vida no espera nada más que la leyamos y redescubramos que todo en realidad es muy sencillo y por lo tanto evidente como que no podemos ver la punta de nuestras narices. Así eran tan apreciado los bizcos en la antigüedad…
La reverencia que tenían nuestros lejanos antepasados a la vida para nada es la que tenemos hoy. Y por eso necesitamos redescubrir lo que para ellos era más que ciencia porque era la vida misma. No sólo su técnica que eso es la ciencia. La mecánica que hay en todo lo creado. Pero no es nada más.
Toda esa sabiduría ancestral se ha diluido en la nada en gran parte de nuestro mundo en pos de nuestras grandes pretensiones científicas. La ciencia así, por arogancia se ha quedado sin sus hermanas y sin ellas, es pura prepotencia.
La filosofía de vida, lo místico o sagrado y el arte o belleza, las 3 hermanas gemelas de la ciencia, han sido despreciadas por ella sin ningún reparo y con total impunidad.
Nuestra falta de autoestima ha hecho el resto y hemos aceptado una sociedad que encuentra ningún sentido a la vida y se vuelca al futuro inexistente porque su presente no deja nunca de ser incompleto.
Como la misma inquisición lo hizo en su día con quien pusiera en peligro su total usurpación dictatorial y violenta del poder vivir, la ciencia deja tras ella el legado de la mera supervivencia criticando y condenando todo lo que no sea académico aunque reconoce ella misma no tener más que teorías… Una pura locura.
Las hermanas repudiadas de la ciencia, como lo son los cuatro hermanos que son los elementos que ellas representan: El fuego, el aire, el agua y la tierra.
Por separado nunca pueden dar a luz la vida. Por separado solo son eso… sin fruto si no es aparente y superficial ya que no hay evolución. Nada es tan completo como la vida misma. Y la vida se materializa en cinco.
Ella es la Diosa. La Vida. Venus. La flor de 5 puntas. La estrella de 5 puntas con el quinto elemento acoplado a los demás. El ether. El amor o el halo de la consciencia. La flor de la vida.
¿Acaso pudiera ser que nuestro origen fuera Venus?
El origen del monoteismo. Isis o la vida. Puros sinonimos. Ramificada más adelante por sus miles de facetas como árbol de la vida, en miles de dioses que sin tronco no son nadie y sin embargo adorados.
Es Femenina. Y por ello era necesario complicarlo. Para que se perdiera ante la necesidad de reafirmarse la fuerza bruta y el enfado contra la vida. Pues ante ella o hay humildad o hay sufrimiento. La falta de autoestima de los hombres ante tanta grandeza inundo la tierra de azure.
Olvidando que todo lo que está afuera está adentro. Auto obligandose a un dios externo y masculino. Dejandolo de llamar Vida.
Castigandose a bloquear su lado femenino en pos de la prepotencia por su sentimiento de victimismo ante la vida y perdiéndose de vista, perdiéndola de vista, perdiéndose amarla.
Venus. Las sacerdotisas de Isis. Las servidoras de la sal de la Vida. Las Marías. Las servidoras de las 5 puntas que tacharon de servidoras del diablo, de pecadoras y prostitutas. Las sacerdotisas de la vida.

Pero antes los hombres, los grandes sabios de Oriente, antes de las religiones que conocemos hoy con sus normativas degeneradas de vida y de naturaleza, reverenciaban la vida y la vida les mostraba la gran ciencia de su belleza, filosofía y sagrado cometido en todos los seres y lo creado. Y eso lo empleaban para crear sus obras y sabiduría para que fueran tan eternas como la vida misma.
En recuerdo os dejo aquí la danza de los planetas y recordad que todo grand artista, místico o filósofo como científico, en esos tiempos, era una sola y misma persona. Por eso era su grandeza. Por eso su sabiduría.
Por eso jamás hubiera dudado de la supremacía de la vida sobre todo y todos y por eso jamás se le hubiera pasado por la cabeza querer ponerse por encima de Ella y doblegarla y separar lo que la Vida ha unido.
Porque al final la eterna es ella…

El evangelio de las 7 noches.
Dedicatoria: A ti Henry Lincolm, espero que donde tu estés me leas y eso aclare lo que no pudimos intercambiar sobre el enigma que te tuvo tan ocupado. Sabrás ya de tus vidas pasadas? Espero que nos reencontramos y nos riamos un rato de nosotros mismos… Gracias por tu dedicación y amor a la verdad.




